España extraña: veneran al santo de los animales torturando caballos

Para venerar al santo de los animales, uncentenar de jinetes españoles y sus monturas hicieron anoche y esta madrigada en San Bartolomé de Pinares una espectacular fiesta ancestral para “purificar” a los caballos, que consiste básicamente en obligarlos a galopar sobre el fuego.

Como todos los 16 de enero, víspera de San Antón, patrón de los animales, las callejueleas adoquinadas de esta localidad de 600 habitantes al oeste de Madrid, se convirtieron en un recorrido hípico en el que los obstáculos son hogueras.

"Esta fiesta es para santificar a los caballos, para ahumarlos y que se les vayan todos los males", explica Quique, un jinete de 30 años, que participa cada año en esta fiesta, conocida como "Las Luminarias".

Durante las semanas anteriores, se recogen las ramas y las maderas que alimentarán las hogueras a lo largo de la tarde-noche. Las llamas son rociadas con agua para provocar el humo que supuestamente purificará a los animales.

Esta tradición se celebra siempre con la eterna amenaza de desaparecer, al considerar las asociaciones de defensa de los animales que los caballos sufren al saltar sobre las llamas.

Pero, los habitantes de San Bartolomé de Pinares defienden a capa y espada su fiesta, asegurando que si el caballo realmente sufriera, no se acercaría al fuego.

"No los forzamos", "el primer año que se le saca, no quiere, tiene un poco de miedo pero luego, con los años, se va acostumbrando", afirma Quique, al tiempo que hace una trenza con la crin de su caballo Nerón para evitar que pueda incendiarse.

"Cuando hay una doma, o carreras de caballos, también sufre el caballo, porque también le dan con una fusta y nunca ha pasado nada", añade Nuria Pedrero, de 38 años, cuyos dos hijos participan este año en la fiesta.

La tradición ha sobrevivido gracias a un acuerdo tácito, según el cual, los jinetes se comprometen a pasar justo al lado y no por encima de las brasas.

Aunque algunos se conforma efectivamente con rodear las hogueras, muchos prefieren atravesar las llamas ante los aplausos y los vivas del público, incluidos muchos niños, congregados en las calles de San Bartolomé.

La festividad de San Antonio Abad, patrón de los animales, goza de gran tradición en España, donde se viene celebrando desde principios del Siglo XIX, con algunos paréntesis.